
Las palabras siempre están disponibles. No necesitan baterías ni buena luz
domingo, 30 de junio de 2013
martes, 25 de junio de 2013
Manifiesto
Conviértete en la
mejor versión de ti
Usa bien el tiempo: afíncate
en lo bueno de tu pasado (tu familia, tus raíces, tu identidad); saborea el
presente (mindfulness) y entusiásmate con el futuro posible (ten esperanza).
Intenta mantener el
orden y la armonía: Que el espejo, tu casa y tu voz reflejen lo que eres
interiormente.
Nunca te aproveches de
los más débiles, ni permitas que otros lo hagan: “No te quedes inmóvil al borde
del camino..."
Pregunta primero: ¿qué necesitas?
No creas que tienes la solución para los demás.
Haz lo que te apasiona. Descubre
y redescubre aquello que amas hacer.
Ten siempre abiertas las
puertas de tu mente, tu corazón y tu casa.
Sigue siendo curiosa. Aprende
algo nuevo cada día. ¡Asómbrate!
Se consigue más con miel
que con vinagre. Sé amable y cortés.
Cumple tus deberes y haz
valer y respetar tus derechos.
Recuerda que cuando
alguien gana, alguien pierde.
Hazle saber a tus seres
queridos cuánto los amas.
Sé fiel a tus principios
y defiende lo que es justo.
Nadie es más que tú ni tú
eres más que nadie.
No pierdas de vista tus
metas: sé disciplinada.
Ten siempre flores.
Conviértete en un agente
de cambio.
Oye más de la música que
te gusta.
Ponte siempre en el
lugar del otro.
Disfruta de algo bello
cada día.
Antes de molestarte,
respira.
Escucha más, habla
menos.
No juzgues a los demás.
Abandona la timidez.
No hay atajos.
Cree en ti.
Perdónate.
Agradece.
Lee más.
Escribe.
Medita
Reza.
*Este es un manifiesto personal. No pretende darle lecciones a nadie.
Me estoy hablando a mí, que ya es bastante.
*Este es un manifiesto personal. No pretende darle lecciones a nadie.
Me estoy hablando a mí, que ya es bastante.
lunes, 24 de junio de 2013
Ni cactus ni rosa
"Un hombre preguntó a un sabio si debía quedarse
con su esposa o su amante…el sabio tomó dos
flores en su mano: una rosa y un cactus…"
Resulta que las esposas son cactus: feas, con espinas y, muy de vez en cuando, capaces de dar una flor hermosa. Eso sí: fieles, generosas y confiables. Incondicionales. Entonces las esposas que son fieles y están allí para lo que venga, no es porque tomaron la decisión de hacerlo, porque saben cumplir su palabra y porque son íntegras, sino porque no les queda más remedio. Porque son cactus, a los que nadie mira...
En cambio, si fueran coquetas rosas, la vida sería distinta
para ellas. Si fueran rosas podrían estar chuleándose a un
tipo que las trate como reinas -porque aparentemente son las rosas las únicas
que merecen ser tratadas así, no las mujeres de verdad- pero les tocó ser cactus,
y se tienen que conformar con lo que son. Y hacer su papel.
La moraleja de este triste intento de honrar a las esposas
parece ser que ellos pueden disfrutar de las rosas pero que deben saber que lo
más conveniente es quedarse con el cactus, con el que a lo mejor no disfrutan
tanto, pero es más rentable a la larga.
Después de todo, cuando a ellos les importe más la buena compañía
que bajarse el cierre del pantalón, el cactus sí se quedará allí.
Ese es el consejo del sabio: consuélate con el cactus, que
es más útil para ti, (va a llegar un momento en que las rosas no se querrán ir
contigo).
Excelente moraleja.
Pues ni cactus ni rosa. Soy una mujer.
La novedad (principal característica de cualquier amante),
la belleza o la juventud no son méritos. En cambio, la fidelidad, la
generosidad y la integridad son virtudes que se cultivan, que son fruto de
decisiones de vida y no de la debilidad, el azar o la naturaleza.
Estoy harta de este mundo en el que todo parece funcionar al
revés. Empezando porque hay que estar bien confundido para comparar a una mujer
con cactus.
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