sábado, 14 de mayo de 2011

Mujer Maravilla

No, no soy tu amor. Ni tu mamita. Ni mucho menos quiero que me lo metas en la boca.
No quiero que me mires. No quiero escucharte.
Lo que quiero es que se te caiga la lengua.

Me pregunto qué te habré hecho yo para que me agredieras, además de caminar por esa acera en el mismo maldito minuto que tú.
La razón me dice que más bien debo preguntarme qué te habrán hecho a ti para que te comportes así.
Y que sienta lástima, pues tú nunca dejarás de ser el marginal mental que eres.

Pero estoy llena de rabia. Y la ira sólo me deja pensar en por qué no tengo una fuerza sobre humana, como la de las superheroínas, para partirte la cara y hacer callar tu risa burlona, esa que tuve que escuchar en silencio mientras apuraba el paso.

Cómo duele haber sido herida con palabras y no haberme podido defender con ellas.

Por ridículo que suene, hoy, por primera vez en mi vida, pensé en que hubiera dado cualquier cosa por ser, de verdad, la Mujer Maravilla: tener la sabiduría de Atenea, pero sobre todo, ser tan fuerte como Hércules y más ágil y veloz que Hermes.


"El ACOSO SEXUAL se define como toda conducta basada en el sexo que afecte a la dignidad de mujeres (a veces también a hombres), que resulte ingrata, irrazonable y ofensiva para quien la recibe.
Hay diferentes tipos y grados de acoso, el más común y que a veces lo aceptamos como “algo que es así…y ni modo…” es el acoso callejero.

El acoso callejero limita el derecho y libertad de mujeres y niñas a disfrutar de una simple caminata en la calle, o de transitar libremente por donde lo deseen sin ser molestadas o incluso asustadas; además, el comportamiento social de acoso en la calle no va a cambiar si no se reconoce que es un problema de abuso y se buscan soluciones".

http://buenosaires.ihollaback.org/2011/03/24/%C2%BFpiropo-o-acoso-sexual-callejero/



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