martes, 9 de septiembre de 2008

Binomio fantástico 1: Carrete

Dos palabras sacadas al azar del diccionario, para intentar escribir una historia. Primero salió "carrete" y luego salió "huraño".

Carrete

Carrete era de un hilo muy delicado. Un azul tornasol lo vestía y de ese mismo azul eran sus brazos y sus piernas, que le permitían moverse por donde quisiera. Claro que muchas veces rodaba en vez de caminar, porque es más cómodo y más divertido. Y también más rápido.
Otras veces estiraba sus brazos o sus piernas para alcanzar las cosas sin tener que moverse de su sitio, y eso también era divertido. Pero cuando aparecía por ahí una aguja conversadora o un dedal indiscreto... zuass! Se recogía. Y así, todo serio y todo recogido, fingía no tener manos, ni pies, ni boca, para no tener que saludar.
Una vez que perdía de vista a sus metálicos vecinos, estiraba un poco más sus brazos para hacerse una cuerda de saltar, y así se iba, de saltito en saltito por todo el costurero, el muy huraño.

No hay comentarios: