sábado, 20 de septiembre de 2008

Binomio fantástico 2: Desencuentro

Otras dos palabras que el azar unió: cerdo y adoquín.


El cerdo y el adoquín

Un día un cerdo se encontró con un adoquín. Lo olfateó y le dio con el hocico, pero el adoquín no se movía. Estaban los dos solos en una carretera de tierra, y el adoquín se preguntaba por qué el cerdo no dejaba de hurgarlo con esa húmeda fruición.
Después de tanto hacerse el tonto, pensando ilusamente que el aburrimiento vencería la terquedad porcina, decidió comunicarse como sólo lo puede hacer un adoquín, y de un rápido giro golpeó la impertinente nariz del animal. Igual de rápida fue la carrera del cerdo, que sólo dejó tras de sí el polvo del camino.
Y nadie jamás entendió por qué esos dos se habían encontrado.

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