lunes, 25 de mayo de 2009

Diálogo de sordos

Y de repente entraron todos al vagón. Dos, tres, cuatro, cinco, seis, creo que siete. Unos discutiendo, otros jugando entre sí, todos con los ojos muy abiertos. Las cabezas se movían sin descanso, lo importante era verse de frente.
Al mismo tiempo, la manos de unos tecleando sobre los hombros de otros iniciaban nuevas conversaciones.
A través del reflejo de las ventanas del metro el de la camisa naranja intentaba ponerse al tanto, pues aunque venía con ellos parecía haberse quedado atrás en el tema. Igual que yo, que aunque no andaba con ellos y por supuesto nada de lo que se dijeran era de mi incumbencia, estaba sentada allí en el medio, muerta de curiosidad. Ese vicio que nos lleva a algunos, así sea en el caos de un transporte público, a querer saber algo de la vida de otros, a llevarnos un cuadro -o dos si es posible- de la película de unos completos desconocidos.
Todos estaban pendientes de lo que todos contaban, y yo allí, en el medio queriendo entender porqué se agitaban, reían, asentían o negaban, seguía sin enterarme de nada. Sus manos se movían a una velocidad vertiginosa, con la misma aceleración que aumentaba mi deseo de saber.

Para colmo, el de la camisa naranja sonreía con la satisfacción de quien agarra el hilo y seguía descaradamente la conversación con la mirada.

Las puertas abiertas en la estación Plaza Venezuela marcaban el fin del recorrido para algunos, que se despedían del resto con sonrisas en las manos. Ni una palabra salió de sus bocas, pero yo quedé aturdida. Y por supuesto, sin enterarme de nada.

3 comentarios:

Terapia de piso dijo...

Los peores son los monólogos sordos. Cuando no te escuchas ni a ti mismo. Y vaya que los he tenido.

Saludos, Ángela.

José Roberto Coppola

Angela Feijoo Vázquez dijo...

Gracias por entrar Jose. Tienes toda la razón. Yo también he tenido y tengo miles de esos monólogos y sé lo que es no escucharse.

Quasiangel dijo...

Es peor dejar de hablarse, ¿no?... Alguna vez he estado a punto, pero luego me arrepiento.